Una charla con Rick de la Croix: orgullosamente diferente

Rick de la Croix, CEO de Bomberg, nos platica sobre su visión de la relojería actual y de cómo su fórmula logró que la marca continúe un exitoso camino.

Rick de la Croix Bomberg

Con motivo de la presentación en México del Bomberg Skull Rider, el nuevo marcatiempos basado en el Bolt 68 que presume de la relación entre la casa suiza y Harley-Davidson, así como de la motocicleta H-D personalizada y única que celebra el nexo comercial, Rick de la Croix nuevamente visitó México para encabezar las festividades.

En el marco del evento, celebrado en Capital Harley-Davidson de la ciudad de México, conversamos con Rick de la Croix de, por supuesto, relojes y del estilo que separa a Bomberg del resto.

Revolution: ¿Cómo ves la relojería en los tiempos actuales?

Rick de la Croix: Yo soy muy crítico de la industria relojera y de su estado actual. Hoy está muy dominada por grupos industriales donde el arte, la artesanía de una industria creada por Breguet 250 años atrás ya está muriendo, pues el dinero es más importante que la tradición y eso está matando algunos pueblos en Suiza que dependen de esta industria.

Y estas grandes marcas, que quitan empleos de estos lugares y los llevan a otros países, industrializando lo procesos, quieren seguir usando las palabras Swiss Made. Yo como un suizo orgulloso, me siento muy ofendido. Hoy en día, el dinero habla. ¡Todo el mundo quiere ganar [dinero] rápido, rápido! Estamos matando la industria, matando empleos. La Suiza que yo conocía, cuando visitaba a mi abuelo, ya no existe. Solo quedan pueblos casi abandonados.

Yo soy muy crítico (de la situación de la relojería). Para mí, el reloj es una emoción. No uso un reloj para [saber] la hora. Con [el paso de] los años, la hora, el paso del tiempo, es algo que me da miedo porque veo pasar cada segundo perdido.

BOLT-68 SKULL RIDER
BOLT-68 SKULL RIDER

R: ¿Qué papel juega Bomberg en estos tiempos?

RC: Estoy tratando con mi marca de dejar algo importante a mis hijos. Fue un sueño que lleva ya cuatro, cinco años. No han sido todos éxitos porque salí me mi zona habitual. Fui un distribuidor exitoso y hoy en día soy un fabricante que no tiene relaciones en todos los países ni todo el conocimiento. He tenido equivocaciones muy costosas. No soy una persona que lamente y derrame lagrimas por mis errores. Tiendo a mejorarme y a corregir. Si pierdo un millón de dólares, sé que no va a regresar. ¿Qué voy a hacer? ¡No me voy a poner a llorar!

R: Cuéntanos de uno de esos episodios de aprendizaje y éxito para ti y Bomberg.

RC: Es un gran éxito tener esta gran alianza con Harley-Davidson, una marca que ha sido una inspiración, que crea comunidades. Si me preguntas de un gran éxito, es esta colaboración con una marca icónica que, para mí, sigue siendo un ejemplo de humanidad verdadera; que te permite ir con tu moto con 500 personas que no conoces a donde sea, a la montaña, a la playa, y vivir en comunidad alrededor de la moto. Hoy en día, el mundo vive en torno al teléfono. Yo prefiero el mundo creado por la comunidad Harley.

R: ¿Cómo llegaste con Harley-Davidson?

RC: Yo soy una persona con mucha pasión. Yo peleo por lo que quiero. Es como un producto Bomberg, extraño: a uno le puede gustar o lo puede odiar. Es un talking piece que viene de la idea de crear un reloj de pulsera y de bolsillo y ahora para montarse en la moto. Es algo que no existía. Y ellos (Harley-Davidson) entendieron que lo que yo quería era crear una comunidad interactiva, comunicada.

R: Imaginamos que tienes varias Harleys.

RC: ¡Sí, varias! Yo soy un fan, pero es como una filosofía. Yo tengo muchos relojes, pero no soy fan del tiempo. Soy fan de marcas. Y así con las motos, pues no tengo solamente Harleys. Pero todo es en torno a la filosofía de la libertad que te da la moto de salir, de estar liberado del teléfono y de ir a cien [kilómetros por hora] en la autopista y de encontrar gente que tiene la misma pasión.

R: ¿Por qué Bomberg funciona tan bien?

RC: Yo trato de que el cliente, el fan de Bomberg, se comunique [con otros] alrededor de un producto que es arrebatador, muy provocativo. Yo no hago productos comerciales. [Bomberg] es para pocos; hay un nicho. Prefiero ser muy fuerte en un segmento que abarca el uno por ciento que no quiere vestir la misma chaqueta que los demás; de mujeres que al llegar a un evento no quieren ver que otras lleven su mismo vestido; o de hombres que no quieren ver su mismo reloj en otros. Yo siento que falta carácter en el mundo; no entiendo a la gente que quiere ser parte de lo mismo; a mi me gusta lo diferente. Y eso es Bomberg: diferente.

Para obtener más información sobre la colaboración, visita su página oficial