El Speedmaster de Omega es uno de los más icónicos y reconocidos de la marca, sobre todo porque es un nombre que se familiariza con su presencia en la Luna —aunque en realidad el reloj había disfrutado de encuentros románticos con el espacio desde principios de los años 1960 y, curiosamente, Omega ni siquiera era consciente de que su reloj había sido probado y posteriormente volado por la NASA—.
Desde su lanzamiento en 1957, la marca nos mostró aquél dial de gran tamaño con agujas blancas contrastantes y el primer bisel de taquímetro, que posteriormente, y después de pasar por el Pre-Moon, se convirtió en el primer reloj suizo en llegar al espacio. Pero más allá de ser un reloj espacial, el Speedmaster es una pieza que captura historias.
En 2013, Omega nos mostró el Speedmaster Dark Side of the Moon, de color negro con caja de cerámica, que resultó un homenaje a los astronautas del Apolo 8, quienes vieron por primera vez el lado oscuro de la luna en 1968. En nuestros nuevos tiempos de modernidad, esto no significaría nada novedoso, pero en aquél entonces, una caja de cerámica completamente negra era algo de qué hablar.
Cincuenta años después de esta aventura espacial, es decir, este 2018, en Baselworld, Omega retoma los homenajes a la tripulación del Apollo 8 y el tema de El lado oscuro de la Luna, y nos presenta un cronógrafo esqueletado con una escultura topológicamente y geográficamente correcta de la Luna, traspasada al movimiento del nuevo Speedmaster Moonwatch Apollo 8.
Imagina esto: creas una decoración basada en la superficie lunar y la pones tanto en la parte trasera, como en la parte delantera del movimiento de un reloj. Lo colocas en una caja de cerámica negra con un perímetro del viejo Speedmaster, dejas el movimiento a la vista de todos y le otorgas un calibre basado en uno de los más icónicos de la marca, el 1861. Esto es exactamente lo que hizo Omega.
Speedmaster Moonwatch Apollo 8 se trata de un reloj en el que Omega probó cuánta tecnología podían traer a una nueva pieza, pero no sólo eso, está creado con la intención de generar emociones; cada vez que tomas el reloj en tus manos, cada vez que admiras el reloj, puedes rememorar el astro espacial.
Ahora, algo que nos ha fascinado es la decoración grabada en el movimiento. Omega se tomó la molestia de plasmar la Luna en los dos lados, dejando en la parte delantera un paisaje de cráteres que representan la vista que tenemos de la Luna desde el planeta Tierra, mientras que la parte posterior del reloj tiene grabado el lado oscuro que solo los astronautas han podido presenciar. ¿Podrían haber hecho algo más cool?
De hecho, sí hay otra cosa, la parte trasera de la caja, también lleva grabadas las palabras “We’ll see you on the other side”, que Jim Lovell dijo a la torre de control antes de partir en el Apollo 8.
Para celebrar la historia que hay detrás de todo el reloj, Omega conservó la caja de cerámica negra de óxido de circonio de 44,25 mm, cepillada, pero, a su nueva versión ,le añadió un registro más en el dial, sin fechador; una manera de renovar el calibre 1861, con puentes negros y al que llamó calibre 1869 (manual, por cierto, y con el que lograron reducir el ancho a 13.8mm).
Regresando un poco al dial, sin el fechador, el nuevo Speedmaster Moonwatch Apollo 8 presenta manecillas barnizadas en amarillo, que lo distinguen de su predecesor, mientras que la escala y la corona del taquímetro llevan Super-LumiNova blanca; un detalle que ya hemos visto antes en los Speedmaster. La correa, por su parte, es de piel con toques en amarillo y a juego con la carátula del reloj.
El resultado es un verdadero y hermoso puente entre el pasado y el futuro. Además de presentar una estética y una técnica espectacular, el nuevo Speedmaster Moonwatch Apollo 8 captura la magia de la historia de la Luna. En términos más claros, es como conocer lo que hay detrás de esa luz nocturna de todos los días y verlo en tu muñeca.
Pero dejamos que lo veas por ti mismo.
