Street Art en las muñecas: RM 68-01

El Richard Mille RM 68-01, en colaboración con el artista del graffiti Cyril Kongo, converge el Street Art con lo maravilloso de la relojería.

Richard Mille y Street Art: RM 68-01

El Street Art o arte urbano siempre ha sido uno de los métodos más viscerales, directos y francos de comunicación artística.

Ya sea que la motivación sea política, o que sean indicio de una evolución cultural más amplia, se ha transformado en una firma de diseño tan exitosa que hay artistas quienes lograron colaborar con empresas como Nike y Lamborghini.

En diversas ocasiones, IBM, Sony, Coca-Cola e incluso el mercado de valores tecnológicos Nasdaq han buscado ‘graffiteros’ como medio para conectarse con el público joven.

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STREET ART Y RICHARD MILLE

En el primer año del nuevo milenio, el magnate relojero francés, Richard Mille, lanzó una nueva visión del negocio que hizo pedazos y puso al revés la vieja mitología. Sus relojes eran pararrayos de gran lujo que atraían todo aquello que era técnico, veloz y poderoso. No sorprendió que sus relojes no tardaran en llegar a las muñecas de personajes reconocibles como Pharrell Williams y Jay-Z.

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Así como expandió los límites del desempeño deportivo del tourbillon de pulsera de gama alta, Richard Mille se conviertió en el primero en integrar el universo del street art en el de las grandes complicaciones de manufactura artesanal: El RM 68-01, que resulta de un proyecto conjunto con el artista del graffiti Cyril Kongo.

En 2011, Kongo creó una serie de pañuelos sumamente exitosos con motivos de graffiti, en sociedad con la venerable Maison Hermès. Cuando era niño, Kongo (antes conocido como Cyril Phan) llegó a Francia con sus abuelos después de haber emigrado de Vietnam.

Artísticamente, Kongo se inspiraba en personajes como Basquiat, Dubuffet y Monet. Una mirada a la audaz plasticidad de su pintura, basada en rótulos y combinada con una vibrante paleta de colores que obliga a mirar.

Richard Mille y Kongo se conocieron de manera fortuita, y de inmediato quedaron encantados uno con el otro. Pronto empezaron a discutir si era posible usar el movimiento de un reloj como lienzo para una pintura.

Timothée Malachard, jefe de mercadotecnia de Richard Mille, mencionó que antes de contestar esto, Kongo visitó primero su manufactura y pasó un largo tiempo observando cómo son creados sus relojes.

Cyril Kongo para RM

RM 68-01 KONGO

Fue necesario el desarrollo de nuevas herramientas especiales y un año de experimentación para que pudiera pintar en un reloj de unos cinco centímetros cuadrados de superficie.

Algunas piezas eran apenas unos milímetros más grandes, otras aún más pequeñas, y tuvo que pintar las letras directamente sobre ellas, sin emplear demasiada pintura para no alterar el equilibrio del movimiento.

 

Los puentes del movimiento forman arcos en distintas direcciones, como los trazos salvajes que se observan en el graffiti, y visto desde la parte posterior, la forma central de la platina irradia hacia fuera, como pintura arrojada sobre una pared.

¡Lo extraordinario es que como él pintó a mano los 30 relojes, cada uno de ellos es una obra de arte única!

El Richard Mille RM 68-01 Kongo usa una caja con una banda de carbono NTPT, bisel de zirconio tetragonal policristalino (TZP) y fondo de caja sujeto con tornillos de titanio. El reloj incorpora un tourbillon con volante de inercia variable, y tiene una reserva de marcha de 42 horas. La serie Kongo de Richard Mille consta de 30 relojes únicos.