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Corazones sobre ruedas: De vuelta a la Mille Miglia

Israel Ortega . 6, jul, 2022

La Mille Miglia es uno de los eventos automovilísticos más prestigiosos del mundo. Fundada en 1927 como una carrera de velocidad, en la actualidad los amantes de los coches clásicos de todo el mundo se reúnen en la ciudad de Brescia, en el norte de Italia, para participar en una carrera de regularidad hasta Roma y de vuelta, que atraviesa algunos de los paisajes más bellos de Europa. 

Cada año, la extenuante carrera atrae a los amantes de los coches y a las celebridades por igual. Entre los participantes habituales se encuentran los más expertos coleccionistas del mundo, pero también convoca a figuras de la cultura popular, entre las que han destacado Rowan Atkinson, Adrien Brody, Mika Häkkinen y Romain Dumas (embajador de Chopard, que compitió este año afortunadamente acompañado por nuestra editora Eléanor Piccioto en un Porsche 356 1500 Super de 1953). Y desde luego, no podemos descontar los protagonistas de las primeras ediciones de la carrera, leyendas como Juan Manuel Fangio y Stirling Moss que dejaron huella y grabaron en letras de oro los primeros episodios de la competencia.

Originalmente una carrera de resistencia en carretera, que iba y venía de Brescia a Roma, fue creada por dos jóvenes condes (como tiene que ser en todos los eventos de este tipo), Aymo Maggi y Franco Mazzotti. Junto con el director deportivo Renzo Castagneto y el periodista especializado en automovilismo Giovanni Canestrini, concibieron la Mille Miglia como la respuesta de Brescia al «despojo» del Gran Premio de Italia que en 1922, tras sólo un año de celebrarse en Brescia, se trasladó a Monza.

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La Mille Miglia original (literalmente «mil millas») se fundó en 1927 y recibió el nombre de la milla romana (una medida usada en la antigua Roma equivalente a 1,481 metros; la milla del sistema imperial tiene 1,602 metros) y se disputó con varias vicisitudes hasta 1957. Bien es conocido que la carrera se interrumpió tras un accidente mortal en 1937, y de nuevo durante la Segunda Guerra Mundial, antes de que un segundo accidente mortal en 1957 la cancelara definitivamente. Sin embargo, esto no ocurrió antes de que Stirling Moss hiciera historia en 1955, cuando no sólo dejó a Juan Manuel Fangio en segundo lugar para ganar la Mille Miglia, sino que venció al italiano por unos asombrosos 30 minutos, convirtiéndose en el primer piloto británico en la historia del evento en ganar.

El secreto de su récord, aún intacto, de 10 horas, 7 minutos y 48 segundos, radicaba en las detalladas notas de pista que él y su copiloto Denis Jenkinson elaboraron, una práctica común hoy en día, pero no tanto a mediados de los años 50. Si Moss y Jenkinson hubieran corrido con los detallados libros de ruta con los que se compite hoy en día, probablemente reventarían esa marca.

Dos décadas más tarde, la carrera resurgió en su forma actual en 1977 como una carrera de regularidad, con un recorrido que cambia anualmente a través de algunos de los paisajes más abrumadoramente bellos de Italia. Las tripulaciones y sus autos ya no atraviesan la campiña italiana a una velocidad vertiginosa (bueno, algunos aún lo hacemos). El reto ahora ya no consiste en saber quién llega primero a la meta, sino en el mantenimiento, la precisión y el control del manejo de los coches de época que participaban en las carreras originales. Y hace sentido para coches con tantos años encima: el año máximo para los participantes es 1957 (año de celebración de la última Mille Miglia clásica). Ningún auto fabricado después de esta fecha califica para la Mille Miglia contemporánea. Por ello, el ver y conducir vehículos que son genuinas leyendas de los caminos es un deleite.

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Esto ha hecho que la Mille Miglia sea un evento tan duradero y significativo en el calendario internacional de carreras. Como dirá cualquier aficionado a los coches clásicos, el placer está en el manejo de un automotor puramente mecánico. Es una experiencia de conducción analógica, sin dirección asistida, sin frenos ABS (de hecho, apenas hay frenos en algunos casos), sin comodidades modernas como el aire acondicionado o mullidos asientos con reposacabezas, y sin «niñeras» electrónicas que aseguran el rodado y disfrazan los errores del conductor. Se trata de una experimentación de conducción esencial, anacrónica y cruda. Es fascinante ver estos coches en movimiento y «vivos», y no como objetos estáticos de museo. Literalmente, millones de dólares y autos raros y escasos se asolean cada año bajo el sol de la Toscana para… vivir.

La edición 2022

mille-miglia-5-2022 El co-presidente de Chopard, Karl-Friedrich Scheufele, se puso al volante del Mercedes Benz 300 SL, de 1955, de la familia. Es el mismo coche que condujo junto a Jacky Ickx en 1989 (de pantalón naranja). Y ella es Caroline-Marie, hija de Scheufele, que emprendió su segunda Mille Miglia, tras debutar como copiloto en 2019.

En una consideración fabulosa, Chopard no solo nos invitó a ver la Mille Miglia 2022, sino que nos permitió participar en ella durante la primera mitad del trayecto, de Brescia a Roma, en un auto clásico. La experiencia fue radicalmente diferente a la que vivimos en 2016, cuando quien estas líneas escribe participó por vez primera, como prensa con acceso total, en un auto moderno, siguiendo la carrera.

Este año volvió el recorrido en el sentido horario, donde 404 coches salieron de Brescia en intervalos de un minuto, por orden de antigüedad (el más antiguo primero). Por 34ª vez, el co-presidente de Chopard, Karl-Friedrich Scheufele, se puso al volante del Mercedes Benz 300 SL de 1955 de la familia, muy conocido en la 1000 Miglia gracias a su color rojo fresa. Es el mismo coche que condujo junto a Jacky Ickx en 1989, aquella su primera participación. 

Este 2022, el afable Ickx vio la carrera desde la distancia, pues Scheufele corrió al lado de su hija Caroline-Marie, que emprendió su segunda Mille Miglia tras debutar como copiloto en 2019.

hyperfocal-0-21 Jacky Ickx.

La carrera de 2022 partió de Brescia y de ahí se dirigió a Cervia-Milano Maritima, en el Mar Adriático. El segundo día, el recorrido nos llevó a Roma, pasando por lugares mágicos como San Marino, Norcia y Terni. Para la segunda mitad, el museo rodante emprendió con rumbo al norte, transitando por Siena y Viareggio, en camino a Parma. Finalmente, el cuarto día, la Mille Miglia regresó a Brescia, no sin antes visitar el autódromo nacional de Monza. A pesar de la increíble transformación centenaria de los caminos de Italia, la ruta básica de la Mille Miglia se ha mantenido muy cercana al trazo original, aunque los organizadores procuran que alcance tantas localidades como es posible.

Parte esencial de la belleza de la Mille Miglia es justo eso: la travesía por las increíbles sendas italianas. Es una experiencia que disfrutan las tripulaciones de todas las clases, desde los que compiten en serio para ganar hasta los inexperimentados que solo quieren pasear y gozar del evento en tanto participan en él con pleno respeto y responsabilidad hacia la carrera y el resto de los competidores. Para tal efecto, el evento de la modernidad se diseña para que una gran organización de soporte acompañe la gran caravana para establecer tantos los momentos de competición cronometrada como los de esparcimiento y relajación.

Para la edición 2022, fueron seis los puntos especialmente idílicos que ensalzaron la Mille Miglia: Sirmione, poblado ubicado en las orillas del lago Garda, elegido por la gran Maria Callas para establecer su residencia y famoso por sus aguas termales; San Marino, uno de los países más pequeños del mundo, con 61 kilómetros cuadrados, siempre fascinante y pertrechado en la cima de una colina; Norcia, destino predilecto de los exploradores de la naturaleza y de los amantes de la buena cocina; Roma, histórica, bella e imponente; Siena, la ciudad toscana conocida por la carrera ecuestre «Palio», que se celebra en la adoquinada Piazza del Campo; y Bérgamo, otra bella ciudad llena de tesoros artísticos.

El Fiat verde

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El auto que Chopard nos facilitó para correr la primera mitad de la Mille Miglia 2022 de Brescia a Roma fue un Fiat 1100 ES Berlinetta Pinin Farina, de 1950, un simpático coupé verde estilizado por una de las grandes casas de diseño y del que solo se hicieron 50 ejemplares. A pesar de su inocente apariencia, su ligereza se complementaba bien por el brío de su pequeño motor de (tal vez) 50 caballos de fuerza. Podemos afirmarle que nuestro Fiat 1100 completó el recorrido de manera heroica, a pesar de algunos pequeños problemas de calentamiento y eléctricos, y de tener una caja de cambios bastante caprichosa.

Ser parte de la Mille Miglia es una experiencia única, más cuando se compite en un auto apropiado. Es como viajar en el tiempo, pero además exige de una atención y esfuerzo extra para «entenderlo» y sacarle el máximo provecho. Cada uno de los 404 autos que tomaron la salida en Brescia de la Mille Miglia 2022 nos recordó que las creaciones automotrices de aquellos tiempos, con sus mecánicas simples, estaban hechas para ser conducidas a tope —de acuerdo al límite de cada conductor—, pero siempre con un espíritu y tenacidad que les permitía afrontar cualquier camino en cualquier circunstancia. En ello yace un sentimiento primordial, físico, que acompaña las emociones y que le da forma, color y olor a la pasión. Enzo Ferrari describía la Mille Miglia con toda la razón del mundo: no hay nada como ella.

Chopard Mille Miglia Race Edition 2022

Los relojes Chopard Mille Miglia se han convertido en parte de los activos de la legendaria carrera italiana de regularidad. Ya no es posible imaginar un cronógrafo alusivo a la competencia que no ostente la firma «Chopard». 

Eso se ha logrado a través de una genuina y cercana sociedad entre ambas entidades, pero especialmente ha sido fortalecida por la pasión de Karl-Friedrich Scheufele y la asociación que creó con la carrera en 1988.

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Ese año, Chopard se convirtió en patrocinador mundial y desde entonces ha producido un reloj diferente cada año. De hecho, esa es una regla. Todos los relojes deben ser diferentes entre sí. Desde luego, una característica casi infaltable, única de los Chopard Mille Miglia, es la correa de caucho con diseño de neumático Dunlop vintage de los años 60, una particularidad única que también significa Chopard y que suele aparecer con suma frecuencia.

La modalidad 2022 del Chopard Mille Miglia Race Edition —de hecho son dos relojes de edición limitada—, es una nueva iteración físicamente muy cercana a las variantes de 2021 y 2019, con las que comparte diseño general de carátula y de pulsadores. Los relojes emulan los rasgos de la colección Mille Miglia GTS, con un atractivo diámetro de 44 milímetros. La caja está disponible en acero puro o en una combinación de acero y oro rosa ético de 18 quilates en la corona, los pulsadores y el bisel. El diseño se inspira en el mundo de los coches con pulsadores de gran tamaño en forma de seta, una gran corona atornillada y, por supuesto, una escala taquimétrica en el bisel, que esta vez se presenta en un bonito tono de azul (¡muy italiano!).

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El detalle anterior es en verdad vital y transforma los nuevos marcatiempos. A diferencia de las ediciones anteriores, que jugaban sobre todo con los tonos blancos, negros y grises, este nuevo Mille Miglia Race Edition 2022 resulta más fresco. Los dos modelos están equipados con una inserción de cerámica azul en el bisel con una escala impresa en blanco. Del mismo modo, la correa de cuero perforado típica de las carreras con un revestimiento interior de caucho similar al de los neumáticos combina el marrón claro con el azul. En ambas ediciones, la correa se sujeta a la muñeca mediante un cierre desplegable de acero inoxidable.

La segunda evolución de este Chopard Mille Miglia 2022 tiene que ver con la carátula, que está ejecutada en plateado para darle un aspecto más brillante. El fondo está acabado con un patrón circular satinado, que irradia desde el centro. Los subcontadores, con una indicación 6-9-12 —típica del calibre automático de base Valjoux 7750 que le da vida al reloj— , son tono sobre tono y caracoleados, y todos los elementos del dial  —marcadores aplicados y manecillas- están ejecutados en CVD azul y rellenos de SuperLuminova. Los acentos rojos se encuentran en el segundero central, los subdiales y el símbolo de la flecha roja, firma de la 1000 Miglia. La fecha se asoma debajo de la lupa situada en la parte interior del cristal.

Bajo el fondo de acero grabado, se encuentra un clásico movimiento automático de origen Valjoux. Con una frecuencia de 4 Hz y una reserva de 48 horas, este movimiento añade la certificación de cronómetro COSC.

El Mille Miglia Race Edition 2022 en acero puro estará limitado a mil ejemplares, en tanto el que incorpora elementos en oro rosa de 18 quilates, de procedencia ética, está restringido a 250. 

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