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El Portugieser Tourbillon Fuerza Constante, de IWC, todo un privilegio
Staff Revolution MXL . 23, oct, 2019
Para el Salón Internacional Alta Relojería (SIAR) México, IWC Schaffhausen decidió traer en exclusiva al mercado mexicano el Portugieser Tourbillon Fuerza Constante. Esta pieza, que solo se producirá bajo pedido especial, fue creada especialmente para los amantes de la alta relojería y coleccionistas mexicanos, de acuerdo con un comunicado de la casa suiza.
El Portugieser Fuerza Constante Tourbillon tiene una precisión extraordinaria: El mecanismo de fuerza constante patentado por IWC que lleva dentro transmite impulsos de fuerza absolutamente uniformes a la rueda del áncora.
Fases de la luna
Esta fuerza constante, en combinación con el tourbillon, compensa los efectos negativos de la gravedad sobre el sistema de oscilación del reloj y garantiza una precisión extraordinaria.
Su calibre 94805, de la manufactura, con cuerda manual y reserva de marcha de 96 horas, luce con una indicación de las fases de la Luna para los hemisferios norte y sur que solo se debe corregir en un día cada 577.5 años.[vc_media_grid element_width="6" grid_id="vc_gid:1571764639055-fe23103e-fd24-3" include="13378,13377
La espectacular carátula de color verde, junto a la caja de oro blanco, aluden a los colores de la bandera mexicana. Los números aplicados, las agujas finas estilo feuille, la indicación de la fase lunar, complementado con una correa de aligator Santoni marrón hecha a mano por Santoni, añaden acentos dorados al dial, señala IWC.
Mito fundacional
La historia de la familia Portugieser comienza con un mito fundacional, cuando a finales de los a los 1930 dos comerciantes portugueses encargaron a International Watch Co. relojes de pulsera con la exactitud de marcha de los cronómetros marinos.
La precisión deseada solo se podía conseguir en aquella época con un reloj de bolsillo dotado de un movimiento voluminoso. Por ello, los relojeros de IWC montaron en una caja de reloj de pulsera un movimiento de saboneta del calibre 74 y, posteriormente, del 98.
En 1939 se entregaban los primeros ejemplares del nuevo reloj de bolsillo de pulsera (ref. 325). Al reloj, consignado en la contabilidad sin más pretensiones como «reloj de pulsera grande», le aguardaba el mismo destino que a otros modelos emblemáticos de IWC: anticiparse largamente a su tiempo.