En estricto sentido la utilidad de las camionetas recreativas y utilitarias es sumamente limitada. Su tamaño no siempre se traduce en comodidad y eficiencia. Simplemente, es una consecuencia inevitable de un tamaño agrandado, pero la camioneta Infiniti QX60 es un buen ejemplo de cómo el sentido común puede derivar en una propuesta pertinente con muchas y valiosas particularidades.
No hablo de valor monetario, pues a este nivel, el precio de entrada a este mundo de lujo es insoslayable. Hablo de un valor donde las ventajas tangibles generan un resultado altamente satisfactorio. El secreto del éxito viene bien reflejado por un viejo principio aristotélico: el todo es mayor que la suma de sus partes, también conocido como sinergia.
Veamos esas partes. La Infiniti QX60 es una versión muy bien aderezada de la capaz y popular Pathfinder de Nissan. La Pathfinder se convirtió en un éxito, así que, con las adecuaciones y diferenciadores correctos, la Infiniti QX60 tendría que serlo.Por dentro, la selección de materiales y texturas separa un poco más a la Infiniti QX60 de la Pathfinder. Sin que se aprecie un lujo abrumador y sin estar aromatizado por pieles de vacas masajeadas a diario y maderas exóticas extraídas de bosques encantados, es un centro de convivencia moderno y completo.
En cuanto a comodidad, es suficiente. Los asientos delanteros son decididamente confortables, mientras que la segunda fila es apropiadamente aireada. Solo la deficiente tercera banca abatible cuya existencia es un mero requisito mercadológico más que una verdadera solución de comodidad, rompe con la inteligencia en la generación de un interior de élite.
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La tecnología que compaña a la Infiniti QX60 está en el par de campo con las demandas de entretenimiento y conectividad, si bien reconocemos su fácil operatividad. Los sistemas de seguridad activa y pasiva son completos y van de acuerdo con la oferta promedio del mercado. Detectores de ocupación de carril, asistente de estacionamiento y control de crucero inteligente son mis favoritos personales.
EL MANEJO RECATADO DE LA INFINITI QX60
En materia de desempeño, la Infiniti QX60 no rompe paradigmas. Más bien, cumple apropiadamente con una propuesta dinámica firmemente enraizada en el lado del confort. La base mecánica de esta Infiniti es el más reciente desarrollo del VQ35, un seis cilindros en V que produce 265 caballos de fuerza.Pero es el buen uso de las 248 libras pie de torque disponibles la que hace la diferencia para mover este vehículo de poco más de dos toneladas.
El gasto de combustible de la Infiniti QX60 no es tan atemorizante como alguien nos quiso hacer ver. Para hacer una diferencia positiva y lograr promedios de consumo dignos de siquiera mencionar (8 km por litro en ciudad) la hace entender el funcionamiento de la transmisión CVT para manejar con eficiencia sin menoscabo del comportamiento.
Las aceleraciones y adelantamientos nunca serán prodigiosos: la masa vehicular, la limitada fuerza motriz disponible y las limitaciones de la CVT así lo definen. Pero una vez entendido este factor, y con buen “feeling” en el pie derecho, siempre podremos llevar adelante la QX60 sin castigar consumo.
Hasta ahora, todas las secciones individuales de nuestra ecuación se aprecian razonablemente valiosas, pero es la más importante es la que va detrás del volante y es la que hace la diferencia.
Si el conductor y/o propietario es capaz de entender los atributos de confort y lujo de la QX60 y hacer suya esa propuesta, se encontrará con un crossover discreto, inteligentemente lujoso y con cualidades dinámicas justas, pero jamás insuficientes. Asombroso, ¿no? Esa no es la teoría de las SUVs de lujo.