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IWC: Redefinir la eternidad
IWC sorprende al mundo relojero con una nueva interpretación de muy, de verdad muy larga duración de su confiable calendario perpetuo.
Israel Ortega . 7, jun, 2024
Apenas unas horas después de ver y probar este reloj de IWC en Watches and Wonders Ginebra 2024, conversaba con un colega acerca de lo difícil que es
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dejar
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que la relojería nos sorprenda. Mayormente, sentimos que todo está inventado y que las mejoras ligeras y paulatinas es todo a lo que podemos aspirar en lo general: que si más precisión por aquí, que si una indicación optimizada por acá, que si una mejor resistencia a los impactos del entorno por acullá. El reloj, como objeto mecánico, es predecible y, por ello, está bien dominado. Y por esta razón, ya no hay mucho qué hacerle que no sea en funciones o partes específicas.
Y eso está bien, pues nuestro grado de exigencia ante la innovación es muy alto y, por ello, cuando recibimos algo genuinamente transformador, merece ser señalado. Y eso me ocurrió con el nuevo calendario
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eterno
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de IWC, presentado en su colección Portugieser.
Antes de entrar en materia, hay que reconocer el dominio que la casa de Schaffhausen tiene sobre los calendarios perpetuos. Quizá la complicación más asociada a IWC, el calendario perpetuo, con su distintiva indicación del año de cuatro dígitos, se introdujo en 1985 en el Da Vinci, gracias al trabajo visionario del relojero Kurt Klaus.
EL INVENTO DE KLAUS
La innovación de Klaus en materia de los calendarios perpetuos eliminó la necesidad de múltiples pulsadores o complejos procedimientos de ajuste. El calendario perpetuo de IWC es conocido por su diseño limpio y legible. Las complicaciones están integradas en la carátula del reloj de forma elegante y organizada, lo que permite a los usuarios leer fácilmente la información del calendario. La disposición típica incluye el día, la fecha, el mes y una indicación del año de cuatro dígitos, junto con una complicación de fase lunar.
En ese primer calendario perpetuo de IWC y de Klaus, el módulo del calendario perpetuo se concibió originalmente como un complemento del calibre Valjoux 7750, una mecánica confiable y robusta con un amplio par motor para accionar el calendario.
El módulo de calendario original utiliza una leva tradicional de 48 meses y una gran palanca. La innovación clave fue la ausencia de correctores de caja, ya que todas las funciones del calendario se accionaban mediante la corona. Sin embargo, esto conllevaba una limitación: el calendario sólo podía adelantarse. El sistema está programado mecánicamente para seguir simultáneamente los años, los meses, las fechas, los días y la fase lunar. Si el usuario desea ajustar el calendario, lo hace simplemente girando la corona, que también avanza el día de la semana y la fase lunar en consecuencia.
A lo largo de los años, el módulo de calendario original se fue perfeccionando y modificando sutilmente, aunque la construcción y el concepto fundamentales siguen siendo los mismos. Entre las mejoras se encuentran los sistemas de seguridad que protegen de un uso indebido al mecanismo. Una mejora más palpable es la relativa a la precisión de la fase lunar: el módulo original mostraba la fase lunar con una precisión tal que requería un ajuste de un día cada 122 años, según la norma del sector, mientras que la segunda versión, introducida en 2003, redujo el error a un día en 577.5 años.
Desde entonces, la alta complicación se ha ganado un lugar en todas las colecciones de la firma de Schaffhausen. Su innovador diseño simplificó el funcionamiento del calendario perpetuo.
SALTO EN EL TIEMPO
En efecto, este nuevo Eternal Calendar, de IWC, representa el nuevo nivel entre los calendarios perpetuos mecánicos seculares en virtud de la elevación de su precisión y alcance. ¿De qué hablamos?
En lo general, un calendario perpetuo típico no requiere ajustes o correcciones hasta el año 2100 —en tanto tenga cuerda, desde luego—, año que no será bisiesto en virtud a las reglas del calendario gregoriano que nos rige. El nuevo Eternal Calendar en el bello reloj Portugieser Ref. IW505701 no necesita correcciones por miles… por millones de años.
Sí, este primer calendario perpetuo secular de IWC Schaffhausen tiene en cuenta automáticamente las reglas de excepción de los años bisiestos del calendario gregoriano, saltándose tres años bisiestos a lo largo de 400 años. Y de paso, también cuenta con una indicación de las fases lunares con una precisión de 45 millones de años, lo que lo convierte en la fase lunar más precisa de la historia. El engranaje necesario para esta hazaña fue calculado por los ingenieros y constructores de IWC mediante simulaciones por ordenador que probaron más de 22 billones de combinaciones.
LUNA PARA SIEMPRE
Hablemos primero de la fase lunar. Los modelos con calendario perpetuo de IWC suelen incluir una complicación de fase lunar, famosa por su precisión. Como mencionamos, el mecanismo de fases lunares de IWC está tan bien ejecutado que requiere una corrección de tan sólo un día cada 577.5 años, una hazaña notable en horología.
Pero esa cifra
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convencional
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de medio milenio está muy lejos de la marca establecida por la fase lunar más precisa de la historia (hasta la llegada de este Eternal Calendar). Hay varios ejemplos de fases lunares muy precisas, como el Celestial Astronomical Grand Complication de Vacheron Constantin, con una luna precisa a lo largo de mil años. Empero, quiero centrarme en dos relojes creados por el maestro Andreas Strehler, uno de los destacados genios relojeros emanados de los talleres y escuela de Giulio Papi y Dominique Renaud.
La indicación de la fase lunar del Lune Exacte de Strehler se desvía un día de la luna media en 2,060,757 años, logro que le mereció un lugar en el libro de récords mundiales de Guinness. Esta fase de la luna puede ajustarse y leerse ahora con una precisión extrema de 3 horas gracias a una escala Vernier pendiente de patente en la esfera. Antes del Lune Exacte, Strehler había creado su Sauterelle à Lune Perpetúele, la primera fase lunar del relojero, que era precisa y requería
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apenas
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un ajuste de un día cada 2,045 millones de años.
La precisión del nuevo Eternal Calendar de IWC es aún más impresionante cuando se pone en perspectiva: es 22 veces más preciso que la fases lunares de Strehler.
EL LOGRO
Para comprender lo que hizo IWC, hablemos a fondo de los calendarios y sus sutilezas.
Más conocido como calendario secular, el calendario eterno tiene en cuenta los ciclos más amplios del calendario gregoriano, que van más allá del típico ciclo de cuatro años bisiestos que pueden manejar los calendarios perpetuos convencionales. El ciclo de años bisiestos del calendario gregoriano, compuesto por tres años comunes y un año bisiesto, está subordinado a su vez a un sistema de corrección secular, que se salta un año bisiesto cada 100 años. La razón de ello radica en las reglas del calendario gregoriano, que debe su nombre al Papa Gregorio XIII, quien introdujo el calendario en el siglo XVI.
Cualquier año divisible por cuatro es bisiesto, como lo es este ajetreado 2024. Pero hay algunas excepciones. Si un año es múltiplo de 100 (como 2100, 2200 y 2300), entonces es un año común, aunque sigue estando sujeto a la regla del divisible por cuatro. Una excepción a la regla es que cualquier año divisible por 400 (como 2000 o 2400) es bisiesto.
Estas reglas dan lugar a un ciclo mayor, conocido como ciclo secular de año bisiesto, que los calendarios perpetuos clásicos no tienen en cuenta debido al complejo engranaje necesario. Como resultado, la mayoría de los calendarios perpetuos requieren un reajuste por parte de un relojero en 2100. Hubiera sido genial ver eso, pues habrá mucho trabajo para los relojeros del futuro.
Un calendario secular, en cambio, no requiere prácticamente ninguna corrección, jamás, ya que tiene en cuenta todas las excepciones conocidas del calendario gregoriano. IWC afirma que su Eternal Calendar no necesita ajustes al menos hasta el año 4000, ya que aún no se ha decidido si será bisiesto o no (no hay prisa).
SIMPLE COMPLICACIÓN
Los calendarios perpetuos convencionales ya son sistemas muy intrincados, por lo que un calendario secular como este de IWC debería ser, en teoría, proporcionalmente más complejo.
Pero no es así. De hecho, en el Calendario Eterno de IWC, sólo se agregaron unas ocho partes al módulo del calendario concebido originalmente por Kurt Klaus, lo cual es fascinante. La hazaña mayor fue encontrar la manera adecuada de acomodar el ciclo secular dentro de la arquitectura convencional del calibre perpetuo base.
El submódulo secular que define toda la diferencia está inteligentemente integrado en el móvil de levas de 48 meses que da una vuelta completa cada cuatro años. Un engranaje reductor en forma cruz de Malta acciona la leva secular, que sólo da una vuelta completa cada 400 años. Las muescas de la leva secular y de la leva de 48 meses guían un pico deslizante con muelles y se desliza hacia dentro y hacia fuera cada cien años, lo que permite al calendario saltarse tres años bisiestos en el transcurso de cuatro siglos.
El resto del módulo perpetuo del calibre perpetuo base de IWC se quedó inalterado. El Eternal Calendar también es virtualmente idéntico al Portugieser perpetuo clásico. Conocido como Cal. 52640, el movimiento de este nuevo calendario interminable se basa en el movimiento automático que forma parte de la familia 52000 de la casa.
Su sencillez también indica que debería resultar fiable. Aunque a veces insertar un submódulo en un mecanismo existente, probado y fiable puede ser más complicado que construir un nuevo módulo desde cero, este enfoque tiene la ventaja de contar con un módulo base que ha demostrado su eficacia durante varias décadas, lo que lo hace menos propenso a problemas inesperados y a demandas excesivas de energía. La reserva de marcha del Eternal Calendar se mantuvo sin cambios (siete días o 168 horas, aproximadamente) y desde luego que conserva el sistema de remonte bidireccional Pelaton de la casa, ahora mejorado con elementos de cerámica. Para lograr la autonomía de siete días, el calibre 52640 cuenta con dos barriletes secuenciales que desarrollan un par constante durante toda la semana de funcionamiento. Un gran rotor de oro de 18 quilates, decorado con el emblema de IWC, remata el movimiento y su minucioso acabado y decorado.
Naturalmente, en el nuevo Portugieser encontramos algunos detalles de estilo que sacan partido de la gran caja de la colección y le dan un toque de modernidad al reloj. Se distingue por la esfera de cristal transparente abovedada, que da lugar a una escala exterior de minutos que se hace eco de la curva del cristal. En cuanto al tamaño, el reloj es apenas más grande (44.4 mm de diámetro) y grueso (15 mm) que un modelo Portugieser equivalente del pasado reciente. La caja, elaborada en platino y hermética hasta 50 metros, se acompaña de una correa de piel de lagarto elaborada por la casa italiana Santoni.
Redondeando la actuación pragmática de IWC en toda su relojería, el nuevo Portugieser Eternal Calendar no es un reloj de edición limitada (está naturalmente restringido por los programas de producción). Así que podemos esperar por mucho tiempo —miles, tal vez millones de años— por uno. Y no hay que preocuparse, porque el reloj, su calendario y sus fases lunares se mantendrán precisas para entonces. Hasta siempre, pues.