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Louis Moinet Space Revolution: fuera de este mundo

Israel Ortega . 15, oct, 2021

Louis Moinet presenta la exclusiva y limitada serie de relojes Space Revolution, una pequeña aventura para la muñeca. Este inédito marcatiempos es parte de la colección Cosmic Art y, nuevamente, recrea una faceta tan ficticia como encantadora de nuestra fascinación por el cosmos. En particular, en este reloj encontramos una soberbia representación de una aventura espacial.

Se trata de dos naves espaciales que “luchan” bajo una cúpula de cristal de zafiro, enfrentándose dieciocho veces por hora: la nave superior completa una rotación en el sentido horario cada cinco minutos, mientras que la nave inferior gira en sentido contrario, completando una revolución en sentido contrario cada diez minutos. Entretanto, dos estaciones espaciales —los tourbillones— giran constantemente y defienden el sistema contra los efectos de la gravedad. Space Revolution es un ejemplo más que lo que llamo “el gozo de crear” y Jean Marie Schaller, CEO y director creativo de Louis Moinet, es uno de los mejores exponentes de ello.

El mecanismo ideado por Schaller es totalmente original. De muy compleja concepción y aún más complicada ejecución, su desarrollo requirió más de tres años de trabajo. De hecho, Schaller dudó de la factibilidad del proyecto al año de haber comenzado, pero su tenacidad lo llevó al éxito de su misión. La definición de los objetivos primordiales parecía descabellada (¡naves espaciales, tourbillones giratorios, insertos de meteoritos!) y por ello Schaller tuvo que idear nuevas soluciones. “Para que el Space Revolution se convirtiera en una creación emblemática, tuvimos que dejar de lado todas nuestras certezas… Hay movimiento por todas partes: las dos naves espaciales, por supuesto, y las dos jaulas de tourbillon volante, cuyos satélites giran sobre su propio eje una vez por minuto”, explica Jean-Marie.

El movimiento del Space Revolution es el calibre LM104, un movimiento de cuerda manual de doble tourbillon satelital con reserva de marca de 56 horas. Su construcción es una de las más sofisticadas en este campo y requirió de todo el cuidado posible por parte de los relojeros de Louis Moinet. La mecánica se compone de dos osciladores, cada uno de ellos dotado de un mecanismo diferencial para proporcionar una mayor precisión. Cada reloj tiene más de 470 componentes, incluidos seis rodamientos de bolas de cerámica para garantizar la rotación y el equilibrio perfectos de todas las piezas giratorias (las naves espaciales, las jaulas del tourbillon y el centro de la caja de oro de titanio). Incluso los mecanismos de cuerda y ajuste de la hora son inusuales: un selector de funciones se ha integrado en el fondo de la caja para alternar entre ambas modalidades. 

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Pero complicado como suena el movimiento, el reto de darle vida sobre la carátula fue el punto culminante de la creación. Todo comenzó con la carátula: para complementar el efecto de espacio oscuro y profundo, Schaller dotó al dial de propiedades de absorción de la luz, logradas mediante una nanoestructura creada por láser sobre una placa de titanio que crea “pozos” para capturar la luz.

Y luego están las naves. Para que puedan flotar libremente en el espacio sin generar demasiada resistencia sobre el movimiento, las naves pesan apenas 0.5 gramos cada una y están fabricadas íntegramente en titanio, con un acabado de color cerámico híbrido aplicado a mano. Su movimiento puede medirse en términos de velocidad de la luz: casi 300,000 kilómetros por segundo en la escala exterior impresa sobre la periferia de la caja. Las profundidades del espacio se han reproducido mediante la inserción de una brida flotante entre el cilindro y la cúpula de cristal de zafiro.

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El carácter individual de cada reloj ofreció a Louis Moinet la oportunidad de reafirmar su identidad como especialista en materiales extraterrestres y esta fue una nueva y perfecta oportunidad para volver a usar meteoritos dentro del reloj. Cada Space Revolution de esta edición de ocho ejemplares es realmente único, gracias al fragmento de meteorito colocado bajo el centro de las agujas del reloj. Uno es de la Luna, otro de Marte, otro de la roca más antigua conocida del sistema solar y otro es un fragmento que contiene aminoácidos. En total, son ocho los tipos de meteoritos (uno por reloj— disponibles para los coleccionistas.

Rompiendo por completo con el pasado, la caja de 43 milímetros en oro rosa de 18 quilates del Space Revolution ha sido totalmente rediseñada. Fabricada en oro pulido y satinado, la base soporta la cúpula de cristal de zafiro, lo que permite admirar la magia tanto desde un costado como desde arriba.

El valor técnico y artístico del Louis Moinet Space Revolution le valió estar entre los relojes finalistas en el Gran Premio de la Relojería de Ginebra (GPHG por sus siglas en francés) de este año en la categoría “Tourbillon”. Bien merecido.

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