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Louis Moinet: Starman alberga trazas de vida extraterrestre

Imagina un reloj que resguarda los primeros indicios de vida hallados en el cosmos. Es un mensajero silencioso, un guardián de las estrellas, así es el Starman, de Louis Moinet.

Staff Revolution MXL . 7, nov, 2024

"Entre los tesoros de mi colección personal hay meteoritos con historias fascinantes. Uno de ellos, el Jbilet Winselwan, destaca por la presencia de aminoácidos, moléculas consideradas como los componentes esenciales de la vida misma. Me intrigaron estos vestigios de vida en el espacio, y decidí incorporar un fragmento de este meteorito en una pieza que naturalmente recibió el nombre de Starman. Este reloj, fruto de notables técnicas relojeras, guarda muchos otros secretos que revelar…", explica Jean-Marie Schaller, propietario y director creativo, de Louis Moinet, casa que acaba de poner a disposición de los coleccionista estas mágicas ediciones de doce piezas. 

Un fragmento del meteorito Jbilet Winselwan domina la parte superior de la esfera del Starman, y compite visualmente con el tourbillon. Esta hermosa piedra negra, salpicada de pequeños puntos marrones, fue descubierta en el desierto del Sahara occidental. Contiene aminoácidos y es, por tanto, un testigo silencioso de las primeras chispas de vida diseminadas por el cosmos.

La esfera comienza con una base cortada del meteorito Gibeon, famoso por su patrón Widmanstätten, y teñido en azul profundo, mediante un proceso intrincado y secreto. Un segundo disco de cristal de zafiro muestra un mapa estelar. En el primer plano, constelaciones pintadas a mano con material luminiscente destacan sobre las líneas de latitud y longitud del mapa.  

De noche, el Starman muestra un magnífico panorama estrellado que crea una profundidad que nos transporta a la inmensidad del universo, mientras las agujas e índices azul aportan un toque de elegancia técnica a esta excepcional pieza.

En el reverso hay un mapa del sistema solar. Los planetas, algunos de apenas dos milímetros de diámetro, han sido pintados a mano y colocados sobre una cuadrícula que parece flotar sobre un cielo estrellado.  

El secreto final radica en la posición exacta de los planetas: están alineados como se veían el 21 de marzo de 2013, cuando el mundo relojero fue sorprendido con una revelación sorprendente: Louis Moinet fue el inventor del cronógrafo. Este descubrimiento se presentó en el observatorio de Neuchâtel, donde Jean-Marie Schaller mostró el famoso compteur de tierces, creado por el gran relojero francés en 1816.

El Starman tiene un movimiento de cuerda manual equipado con dos barriletes en paralelo en un sistema volte face, donde uno de los barriletes está invertido, permitiendo que liberen su energía de forma simultánea y proporcionen una reserva de marcha de noventa y seis horas.  

Su caja de 18 quilates tiene un diámetro de 47.4 milímetros, con una arquitectura opulenta y compleja que mezcla superficies cepilladas y pulidas con un bisel escalonado, otorgándole un carácter único.  

Está disponible en dos ediciones limitadas de doce piezas cada una, en oro rojo de 18 quilates y en oro gris de 18 quilates.

Edición: Eduardo Castañeda H.

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