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Oris Big Crown, un clásico para conocedores
Israel Ortega . 17, dic, 2019
Oris, la casa avecindada en Hölstein, es un ejemplo de versatilidad relojera enriquecida con valor y suma brillantez relojera. En años recientes, ha logrado manifestar con éxito su intención de apelar a gustos e inteligencias que valoran legitimidad sin ardides ni exageraciones, siempre a un costo estupendo.
La firma ha logrado que cada una de sus piezas cuente correctamente y sin excesos su leyenda relojera establecida en 1904. Desde los relojes para buceador Aquis y Divers Sixty-Five —favoritos de muchos— hasta los relojes de aviador Propilot y Big Crown, y pasando por los modelos recatados de las series Artelier y Classic, cada Oris es orgullosamente suizo, fácil de identificar en su inspiración e intención y siempre apreciable en cada uno de sus ángulos y partes.
El lugar de Big Crown
Justamente, Big Crown es un reloj que siempre ha merecido un a posición muy elevada y respetada dentro de Oris. La casa comenzó a crear relojes para pilotos en la década de 1910 (en 1917 ofrecieron su primer reloj para la muñeca), una era de curiosidad y nuevos intentos, tanto en la industria relojera como de la aviación misma. En el caso de Oris, la literalmente “gran corona” de Oris fue un sello de distinción de su relojería hasta que, en 1938, mereció convertirse en una colección independiente, Big Crown, donde debutó la función de indicación de fecha por medio de manecilla central que podía ser ajustada fácilmente gracias a su enorme corona. Desde aquella fecha, el Big Crown ha formado parte de la relojería de Oris, lo que lo coloca como un legítimo icono de la horología suiza.
El nuevo reloj Oris Big Crown Bronze Pointer Date no solo es una nueva interpretación de ese reloj de piloto, sino que, además, rinde un muy especial homenaje a uno de sus protagonistas: el Dr. Rolf Portmann, presidente honorario de Oris y una figura que ha dejado huella en la casa desde que él comenzó su carrera en ella en 1956.
Alma mecánica de Oris
En buena medida, es gracias a Portmann que Oris ha mantenido su constante trayectoria de éxito, indeleblemente marcada por el siempre digno de mencionar hecho de que, desde mediados de la década de 1980, toda la relojería de Oris es mecánica. Sobre esto, dice Portmann: “Estábamos convencidos de que nuestra alma era mecánica y no queríamos tener nada que ver con los relojes de cuarzo. Sabíamos que entendíamos los relojes mecánicos. Estábamos seguros de que había una audiencia global que aún apreciaba el valor de los productos tangibles hechos a mano que transmitían historia”.
Portmann entiende que un parte importante de la relojería suiza tiene que ver sus historias de inspiración y creación, y el Big Crown es un idóneo ejemplo de ello. “Aunque no necesitamos un reloj que podamos manipular usando guantes, la idea es romántica, lo que creo que le gusta a la gente. Y un diseño simple, atractivo y fácil de leer siempre tendrá relevancia. En cierto modo, me sorprende que siga aquí, pero fundamentalmente el Big Crown es un diseño que tiene sentido. Así es Oris, y a los consumidores les gusta”, dice Portmann del Big Crown.
Específicamente sobre esta nueva versión del Big Crown Pointer Big Date, el uso de una gruesa capa bronce sobre la caja amplía el halo de magia y romanticismo, toda vez que el metal se alinea al estilo de su usuario y su color y terminado de la caja evoluciona con él.
Bronce, el noble bronce
Pero el legendario metal no ha sido empleado solo para el exterior del reloj: la carátula de aparente color marrón también está hecha de bronce. A través de un tratamiento químico, seguido por un baño de laca transparente para protección, la composición de este disco ha sido alterada como para que cada ejemplar muestre diferencias en su color y resplandor, de modo tal que cada cuadrante del Pointer Big Date Bonze es diferente.El Oris Big Crown Bronze Pointer Date se presenta en una detallada caja de 40 milímetros, finamente estriada en su bisel redondeado, y lleva un fondo atornillado de acero. El cristal de zafiro abombado abre el paso de los fotones que iluminan la magnífica carátula marrón de bronce, tatuada con numerales arábigos, vía minutera tipo chemin de fer y escala diaria exterior para el señalamiento del mes por medio del indicador con una semiluna roja en su punta. El movimiento automático Oris 754 (basado en un Sellita SW200) por supuesto que porta su clásica masa oscilante roja (el famoso Red Rotor, aunque esta vez no pueda verse) que le confiere a su barrilete una reserva de marca de hasta 38 horas.
El Oris Big Crown Bronze Pointer Date es toda una figura clásica e inconfundible en la relojería contemporánea y ahora con esta impecable versión bronceada, reconfirmará su posición entre los coleccionistas discernientes que saben apreciar el valor y buen gusto.