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TAG Heuer cierra el año con el nuevo Aquaracer x Bamford
Israel Ortega . 30, nov, 2020
Este año, el legendario Carrera se encargó de encabezar las festividades del 160 aniversario de TAG Heuer y lo hizo a través de diversas ediciones especiales y la renovación absoluta de sus colecciones. Sin embargo, es esta edición especial y limitada de Aquaracer que pone punto final al notable año de la casa de la Chaux-de-Fonds. El nuevo Aquaracer X Bamford cierra esta generación del reloj deportivo con una propuesta muy técnica, pero que también se da tiempo para ser artística.
El Aquaracer fue lanzado en 2004 como el reloj de buceo de TAG Heuer, aunque el linaje del reloj se remonta a 1982, cuando Jack Heuer reveló el Heuer 2000. Fueron las iteraciones de mediados de los años 90 las que anunciaron el uso del bisel del dodecágono que ha definido y ensalzado este reloj “entry luxury” tan apreciado.
Para esta edición especial de 1,500 ejemplares, TAG Heuer nuevamente se acercó con el Bamford Watch Department (BWD), la empresa de personalización relojera de George Bamford con quien TAG Heuer ya ha tenido algunas exitosas aventuras (especialmente con un Monaco Bamford hecho en carbono). Así, con este frío e instrumental Aquaracer terminado por Bamford, el BWD ha añadido sus melódicos riffs y requintos a este clásico accesible de TAG Heuer.
Impulsado por el más importante caballo de batalla de TAG Heuer, el Calibre 5 —una terminación de la casa del Sellita SW-200 o del ETA 2824-2, que en términos prácticos son idénticos—, el Aquaracer x Bamford culmina este ciclo en su existencia con bombo y platillo. Si bien comparte numerosos rasgos en formas con otros populares submarinistas, Aquaracer siempre ha tenido uno o dos rasgos que lo identifican plenamente.
En la presentación virtual que TAG Heuer efectuó para el lanzamiento del Aquaracer X Bamford —encabezada por Fréderic Arnault, CEO de TAG Heuer; George Bamford, y nuestra amiga Catherine Eberlé-Devaux, directora de legado de la maison—, George compartió la idea esencial que inspiró el aspecto final del reloj: los modelos del pasado de TAG Heuer. Los elementos de diseño en color naranja y el notable bisel recuerdan a las piezas de TAG Heuer que se lanzaron entre 1979 y 1994 —especialmente los inolvidables modelos Fórmula 1— que allanaron el camino para la colección Aquaracer desde su aparición en 2004.
Los meticulosos acentos anaranjados en la carátula y manecillas son geniales y apenas hacen eco de aquellos vistosos Formula 1; es decir, el Aquaracer se distingue por sí solo sin quedar anclado en pesados guiños al pasado. La carátula se parece a un disco de vinilo con círculos concéntricos y el tema naranja es acentuado con las marcas alternadas de cinco segundos en la periferia del cuadrante. También debe señalarse cómo el dial también semeja una suerte de mira periscópica, en virtud a las líneas perpendiculares que convergen en el centro del reloj. Resistente al agua hasta los 300 metros, este reloj es tan robusto como cualquier gran “vaca sagrada” del submarinismo.
La caja del Aquaracer X Bamford es de titanio tipo 2 de acabado arenado y mide 43 milímetros de diámetro. El reloj se acompaña de un brazalete a juego, también de titanio. El bisel giratorio de 12 lados tiene los clásicos números de los relojes de buceo y un triángulo naranja a las 12 en punto.
Como todas las colaboraciones recientes de Bamford, las 1,500 piezas de esta edición se venderán como pan caliente. Esta canto de cisne que es el TAG Heuer Aquaracer personalizado por George Bamford antecede lo que veremos en 2021: una nueva evolución de formas del reloj, noticia que de manera muy casual nos compartieron Arnault y Eberlé-Devaux durante la presentación. Es muy grato ver la inyección de una gran dosis de cariño y gusto a relojes tan asequibles y familiares como Aquaracer. Los entusiastas de TAG Heuer y de la relojería de alto valor están de “plácemes anaranjados”.
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